Una de las cosas más frustrantes que me han pasado en todas mis partidas de Supremacy 1914, ha sido en una de Alianzas.
Mapa mundial, 3 alianzas diferentes y todos los miembros activos de tu alianza en el top 3 de la partida. Le sacas 90 puntos al segundo (que es de tu alianza) puedes crear los suficientes recursos como para no tener que comprarlos pero te haces de oro vendiendo trigo y pescado. Además, tienes el 20% de la riqueza mundial y el segundo mayor ejército del mundo según las últimas encuestas (el primero lo tiene tu aliado). Te concentras en América. Estás acabando con Canadá del norte y Canadá del sur es el único país que queda aparte de ti, ya que es una IA y te ha dado Derecho de Paso. Entonces, ¿qué puede ir mal?
El resto de países. Algún gracioso se da cuenta de que domináis entre vosotros tres domináis más de 95 provincias (más que el resto de países controlados por usuarios juntos) y lo comenta por el DE, animando a los demás jugadores a crear una guerra mundial. Lo lees a las 2 de la mañana medio pedo todavía y te hace gracia. Les animas, les desafías y haces lo que te da la gana, ya que sabes que tienes la partida bajo tu control. Solo es necesario que tus aliados se comporten. Y ahí viene la frustración:
Marruecos (el que tuvo el ejército más poderoso del mundo) ahora apenas tiene la mitad que el tuyo gracias a una campaña contra Libia del oeste en la que ha perdido 290 tropas para matar 35. No tiene casi fábricas y apenas dispone de dos piezas de artillería como maquinaria pesada. Cada vez es más obvia su inminente derrota, y Libia del oeste le gana terreno día a día. Le explicas la estrategia libia, cómo está estructurado su ejército, lo que debe hacer para defenderse y, sobre todo, lo que debe hacer para ganar. Todavía sin respuesta ni cambio aparente en su forma de "ataque". Mientras tanto, Rusia del norte, 3º jugador de la partida, está en guerra con Groelandia, 4º jugador de la partida. Aunque tiene un ejército superior a él, está retrocediendo ante la falta de armamento y estrategia. También intentas ayudarle, y entiendes el verdadero significado de la frase "Si quieres hacer algo bien, tienes que hacerlo tú mismo".
Entonces, te ves en un apuro. Si Marruecos cae, la zona sur de América está desprotegida. Si la zona sur está desprotegida, Libia atacará. Cuando Libia ataque, desplazarás tus tropas al sur. Entonces, si Rusia del norte no ha sido capaz de defenderse de Groelandia, te atacarán por el norte y estarás JODIDO. ¿Solución? Refuerzos por un tubo: barcos y tropas cruzan los océanos para poder ayudar a tus aliados. Ya has regalado un buque de guerra y has prometido otro para que puedan defenderse por mar. Y el buque de guerra que habías guardado para ti está siendo bombardeado por aviones. Creas fábricas, fábricas y más fábricas. Haces cañones, cañones y más cañones. Finalmente, has creado un ejército con el que podrás defender tu nación de cualquier país.
Y ahí viene lo malo: no se trata de defender tu nación. Tienes que defender 3 naciones de 3 países que te superan ampliamente militarmente. Por culpa de un par de grumetes, tu Titanic se va derecho al iceberg. Ahora, rezas para que una corriente marina te ayude a esquivarlo. Rezas.
Mapa mundial, 3 alianzas diferentes y todos los miembros activos de tu alianza en el top 3 de la partida. Le sacas 90 puntos al segundo (que es de tu alianza) puedes crear los suficientes recursos como para no tener que comprarlos pero te haces de oro vendiendo trigo y pescado. Además, tienes el 20% de la riqueza mundial y el segundo mayor ejército del mundo según las últimas encuestas (el primero lo tiene tu aliado). Te concentras en América. Estás acabando con Canadá del norte y Canadá del sur es el único país que queda aparte de ti, ya que es una IA y te ha dado Derecho de Paso. Entonces, ¿qué puede ir mal?
El resto de países. Algún gracioso se da cuenta de que domináis entre vosotros tres domináis más de 95 provincias (más que el resto de países controlados por usuarios juntos) y lo comenta por el DE, animando a los demás jugadores a crear una guerra mundial. Lo lees a las 2 de la mañana medio pedo todavía y te hace gracia. Les animas, les desafías y haces lo que te da la gana, ya que sabes que tienes la partida bajo tu control. Solo es necesario que tus aliados se comporten. Y ahí viene la frustración:
Marruecos (el que tuvo el ejército más poderoso del mundo) ahora apenas tiene la mitad que el tuyo gracias a una campaña contra Libia del oeste en la que ha perdido 290 tropas para matar 35. No tiene casi fábricas y apenas dispone de dos piezas de artillería como maquinaria pesada. Cada vez es más obvia su inminente derrota, y Libia del oeste le gana terreno día a día. Le explicas la estrategia libia, cómo está estructurado su ejército, lo que debe hacer para defenderse y, sobre todo, lo que debe hacer para ganar. Todavía sin respuesta ni cambio aparente en su forma de "ataque". Mientras tanto, Rusia del norte, 3º jugador de la partida, está en guerra con Groelandia, 4º jugador de la partida. Aunque tiene un ejército superior a él, está retrocediendo ante la falta de armamento y estrategia. También intentas ayudarle, y entiendes el verdadero significado de la frase "Si quieres hacer algo bien, tienes que hacerlo tú mismo".
Entonces, te ves en un apuro. Si Marruecos cae, la zona sur de América está desprotegida. Si la zona sur está desprotegida, Libia atacará. Cuando Libia ataque, desplazarás tus tropas al sur. Entonces, si Rusia del norte no ha sido capaz de defenderse de Groelandia, te atacarán por el norte y estarás JODIDO. ¿Solución? Refuerzos por un tubo: barcos y tropas cruzan los océanos para poder ayudar a tus aliados. Ya has regalado un buque de guerra y has prometido otro para que puedan defenderse por mar. Y el buque de guerra que habías guardado para ti está siendo bombardeado por aviones. Creas fábricas, fábricas y más fábricas. Haces cañones, cañones y más cañones. Finalmente, has creado un ejército con el que podrás defender tu nación de cualquier país.
Y ahí viene lo malo: no se trata de defender tu nación. Tienes que defender 3 naciones de 3 países que te superan ampliamente militarmente. Por culpa de un par de grumetes, tu Titanic se va derecho al iceberg. Ahora, rezas para que una corriente marina te ayude a esquivarlo. Rezas.